
Debilitamiento del PRI
El PRI en Hidalgo pasa por una crisis que no ha sido atendida por la presidenta del partido. Esto debilita la relación de Omar Fayad con la militancia y prefigura una derrota estrepitosa en las próximas elecciones.
Ante el desgaste de la diligencia estatal del Partido Revolucionario Institucional en Hidalgo, la militancia y sus simpatizantes tuvieron que afrontar el creciente descontento social al igual que la pérdida paulatina de su capital político que le puede propicia una posible caída estrepitosa en las próximas elecciones 2020. Para muchos, la crisis institucional del Partido Revolucionario Institucional ahonda en el debilitamiento del orden jerárquico existente dentro de su diligencia, dado que en la disciplina partidista al día de hoy no ha acatado las instrucciones del primer líder priista en el estado Omar Fayad Meneses. Lo anterior, es producto de los conflictos que se han presentado al interior del partido, rompiendo la cohesión partidista dado que los militantes no comparten coincidencias ideológicas preferenciales ni valores por el bien común del partido, lo cual dificulta la relación del primer priista estatal con cada uno de los grupos, generando así diferencias internas y desacuerdos en temas controversiales. Este escenario señala la debilidad del instituto político afectando la competencia partidista, están perdiendo la lucha por conseguir nuevos liderazgos que demanda la sociedad; es necesario la redifinición del partido para direccionar la diligencia, cosa que la presidenta del partido en el estado Erika Rodríguez no ha visualizado. A lo largo de su administración ha sido evidente la falta de interés por rescatar al partido o lograr unificar las fracciones. A partir de este punto de vista, es inminente que Erika Rodríguez propone que los grupos priistas estatales trabajen en oposición un del otro sirviendo así al ex gobernador, tratando de afectar a la actual administración y con ello a sus militantes fieles al ejecutivo estatal.